top of page
  • Foto del escritorJordi Moya i Gallardo

Hoy, Día Mundial del Teatro, no hay ni telones ni focos pero sí conservamos nuestros aplausos

Actualizado: 9 nov 2020

Jordi Moya*

13/04/2020


Son días muy difíciles para todos, y el teatro no se salva. La industria teatral, un ámbito donde de por si el dinero no sobra, también se ha infectado con los síntomas más severos de este virus. Son muchas las compañías y producciones que han tenido que anular sus espectáculos, despedir a sus empleados… No solo se han quedado sin trabajo actores, bailarines o directores, sino que también todas las personas que siempre están detrás del telón, todos los técnicos y empleados de sala que, del mismo modo, son una pieza clave en la industria.

Además, por si fuera poco, esta cuarentena hace que la sombra del cierre de salas vuelva a estar más presente que nunca. Antes de la pandemia ya veíamos que cada vez más salas decidían cerrar definitivamente, sin ir más lejos, el mítico Club Capitol de las Ramblas de Barcelona tenía pensado echar el cierre este mayo. De este modo, a causa del cierre de todos los teatros por el virus, la mayoría de las salas con un aforo inferior a las 200 personas tendrán que hacer grandes esfuerzos económicos para poder mantener abierto el telón una vez el estado de alarma haya pasado. Eso es lo que da más miedo, la situación en la que nos encontraremos una vez se acabe la pandemia. Nada será como antes. ¿Impedirá la crisis económica que el público vuelva al teatro como lo solía hacer? ¿Será el ámbito cultural duramente castigado tal y como lo vivimos en la crisis de 2008, o de lo contrario se promoverá con ayudas el consumo de cultura? Todo es incierto.

Mientras tanto, sigamos aplaudiendo cada día a las ocho. Aplaudamos por todo el personal sanitario, por toda la gente que no puede teletrabajar, por las cajeras de los supermercados, por los transportistas, pero también por toda esa gente que en estos momentos no se olvida de la cultura. Yo aplaudo a todas las compañías, teatros y plataformas que estos días suplen mi necesidad de ver teatro, porque, aunque la gracia del teatro es compartir una experiencia conjunta en directo, la tecnología nos ayuda a superar mejor estos difíciles momentos donde el teatro es más necesario que nunca.

Una vez pasemos esto, espero que entre todos podamos levantar el telón de nuestros teatros, de nuestras casas, de nuestra familia.


*Jordi Moya es, a fecha del artículo, estudiante de primer año de Periodismo y CA bilingüe en la UC3M, así como Vicesecretario de Actos y Salidas de la Asociación de la Prensa de la universidad.

5 visualizaciones
bottom of page