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  • Olatz Castrillo Ramírez

La Casa Gucci, una versión diluida del verdadero drama familiar

Actualizado: 6 nov 2022

Olatz Castrillo Ramírez*,

Madrid, 15/12/2021


Ridley Scott vuelve a la gran pantalla con La Casa Gucci, una adaptación del libro, con mismo título, escrito por Sara Gay Forden. La película que, inicialmente, puede parecer que trata sobre el mundo de la moda pero que, realmente, lo que nos ofrece es la historia sobre la lucha por el poder entre los miembros de la familia Gucci.


Sinopsis

La Casa Gucci cuenta la historia de los dueños de la famosa firma de moda, su caída y posterior resurrección. La película relata la relación entre Maurizio (Adam Driver), el heredero de la marca, y su mujer, Patrizia Reggiani (Lady Gaga), y cómo su tormentosa relación afecta a la empresa familiar. A partir de ahí, empezará una lucha encarnizada entre Maurizio, influenciado por Patrizia, contra su primo Paolo (Jared Letto) y su tío Aldo (Al Pacino) por el control de Gucci.


Crítica

La caracterización de los personajes es uno de los puntos débiles del film, ya que algunos de los personajes principales se parecen poco a los de la vida real, como es el caso de Aldo y Paolo Gucci. Pero ya no es solo en el físico, sino que ni si siquiera han conseguido retratar el carácter de los miembros de la familia. Paolo Gucci, aunque su padre Aldo jamás le consideró sucesor de Gucci, aparece como un perfecto idiota, cuando nunca fue considerado así por su padre. Más bien Aldo veía a su hijo como una amenaza a la firma por sus ansias de protagonismo: Paolo pretendía comercializar productos con su nombre, pero utilizando los recursos de Gucci.


A la izquierda Paolo Gucci y a la derecha Jared Letto interpretando a Paolo. Fuente: Sectorcine


En cuanto a los grandes protagonistas, Patrizia Reggiani es retratada como la manipuladora que fue. Sin embargo, no exploran las motivaciones de Patrizia y queda reducida a una mujer que quiere el dinero de su marido. Por su parte, Maurizio pasa de ser un chico tímido y desinteresado en el negocio familiar a un hombre de negocios despiadado. Esto no fue del todo cierto en la vida real, porque Maurizio siempre estuvo interesado en la empresa familiar, aunque entrara más tarde como accionista. Sin embargo, reflejan muy bien su iniciativa para que Gucci volviera a ser asociada al lujo.


Otra de las omisiones de la película tiene que ver con el padre de Maruizio, Rodolfo Gucci (Jeremy Irons), la película le da muy poca importancia cuando sabemos que fue un personaje relevante en las trifulcas familiares. Además, no exploran demasiado la relación con su hijo, que influiría decisivamente en la personalidad de Maurizio y en su forma de afrontar los problemas de la firma.


La película, a pesar de ser muy larga, nos deja con una visión muy general de lo que fue la familia Gucci. Hay varias escenas inventadas para darle dramatismo a la película, cosa totalmente innecesaria porque la propia familia Gucci ya tiene anécdotas bastante escandalosas que se podrían haber utilizado. Por ejemplo, las discusiones familiares que acababan tirando por la ventana bolsos de 500 euros.


Otro fallo es que apenas se habla de los orígenes de la marca ni del fundador Guccio Gucci, ni de su afán por crear competencia entre sus propios hijos, lo que marcaría la relación entre ellos. Tal vez hubiera sido necesario hacer unos flashbacks para contar la historia familiar, sobre todo para aquellos que no conozcan nada de la familia Gucci.


El vestuario, siendo una de las cosas más esperadas de la película, resulta algo decepcionante. La diseñadora de vestuario, Janty Yates, cuenta que Patrizia no repite ningún vestido en toda la película. Sin embargo, el efecto visual es que ella lleva siempre el mismo modelo de vestido ceñido, solo que los colores y estampados son más llamativos a medida que Maurizio va acumulando poder. Para mí, lo mejor en cuanto a vestuario es la colección del diseñador de Gucci, Tom Ford, que marcó la nueva estética de la marca.


En general, creo que es una película que, si bien se hace larga, es entretenida e incluso tiene momentos graciosos. El problema es que esta película pretendía ser “una historia sensacional de asesinato, locura, glamour y avaricia”, como dice el subtítulo del libro en el que está basada, y no lo consigue. No han sabido aprovechar todo lo que cuenta el libro y nos hemos quedado sin la verdadera historia de la familia Gucci.

 

*Olatz Castrillo Ramírez es, a fecha del artículo, estudiante de tercer año de Periodismo y Humanidades en la UC3M. También es Secretaria de Moda de la Asociación de la Prensa de la misma universidad.

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