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  • Lucía Gómez Herranz

MADRE E HIJA SE CONOCEN POR VIDEOLLAMADA: LA NUEVA NORMALIDAD

Vilma, una madrileña de 32 años, contrae coronavirus al final de su embarazo y tras una sedación y cesárea de urgencia, puede finalmente ver a su niña a través de una pantalla


Lucía Gómez Herranz,

Móstoles, 18/02/2021

Vilma (32) despertando de la sedación tras diez días intubada. Foto de Pedro Puente Hoyos.

El llanto de un bebé recién nacido irrumpe en el Hospital 12 de octubre, pero con una peculiaridad: no conocerá a su madre hasta días después, y será mediante una videollamada.


En las últimas semanas de su embarazo, Vilma se contagia de coronavirus. Lo que parecía algo leve y poco preocupante, se torna más serio cuando a esta madre le empieza a faltar la respiración y se le reconoce una severa neumonía. Es entonces cuando inicia la odisea; el embarazo pone en riesgo la vida de madre e hija, así que los médicos deciden sedarla por completo y practicar una cesárea de urgencia.


Después del nacimiento de la niña, la cual completamente sana quedó a cargo de su padre, la madre fue ingresada e intubada en la UCI del Hospital 12 de octubre.


Pero todo esto importa poco cuando, después de diez días, los médicos la despiertan con una tablet en la mano: “Vilma: tu marido y tu hija”. Dicen que el amor de una madre casi no se puede comparar a ninguna otra cosa; y, sino que se lo digan a Vilma, que aún demasiado débil, cogía el dispositivo tan emocionada que le temblaba la voz: “Es tan linda… está dormida”. Todo el sufrimiento anterior queda prácticamente olvidado cuando ve a su niña por primera vez, aunque sea a través de una pantalla. De hecho, aun recién despertada y todavía con ventilación, luchaba por incorporarse y ver mejor a su hija.


Al parecer, este emotivo encuentro ayudó en su recuperación y pasó al poco tiempo a planta, donde pudo estar con su marido y su bebé y a la semana volvieron a casa juntos. La doctora Eloísa López, del Hospital 12 de octubre, llama a este trascurso de tiempo “proceso de humanización”, donde presentan a las madres a su propio bebé y su ropa o pertenencias para favorecer el desarrollo y la rehabilitación psicosocial de la madre.


Todo esto fue posible gracias al programa que ofrece este hospital desde el principio de la pandemia, llamado acortandodistancias, acercando a pacientes ingresados con COVID con sus familiares mediante videollamadas.


Pero esto ya no es una novedad; a día de hoy es bastante frecuente encontrar casos de abuelos que conocen a sus nietos por este medio, al igual que los padres a sus hijos. Ana Delgado, de 34 años, fue la primera madre que atravesó una situación similar al dar a luz a su hija Valeria a las pocas horas de que en España se declarase el estado de alarma. Al dar positivo en el test, no fue hasta quince días más tarde que pudo coger a su niña en brazos.


La mayoría de las madres que se han visto inmersas en esta situación jamás habrían imaginado que conocerían a sus futuros hijos de esta manera, además de no poder estar acompañadas por ningún familiar en el momento del parto. Normalmente ni los padres ni las madres pueden ver a su bebé recién nacido hasta pasar una cuarentena de quince días. Las madres, al recibir el alta, podrán ver a sus hijos cuando hayan pasado todos los síntomas; por no hablar de las dificultades que trae consigo el tema de la lactancia.


Pero aun con todo y con esto, pocas cosas son tan emotivas como la primera vez que una madre y su hijo se conocen, y la emoción del rostro de Vilma es la mejor manera para confirmarlo, aunque las circunstancias no sean las más anheladas.

 

*Lucía Gómez es, a fecha del artículo, estudiante de segundo año de Humanidades en la UC3M, así como redactora de la Asociación de la Prensa de la universidad en el ámbito de Sociedad.

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