La APC3M entrevistó a dos estudiantes ucranianos.
David Paredes Serrano
Madrid 23/01/2023
Podría haber sido un bar en Lugansk o en una discoteca en Kiev. Con dulce melodía de fondo. Con unas copas en la mano, y con sonrisas. Sin embargo, fue una tarde de invierno en Madrid. En un aula sin gente donde no molestar a nadie. Fue allí donde conocí a David y a Sasha.
Sasha, una chica de 21 años. Muy guapa, como lo son muchas de las chicas de Ucrania. Y en compañía de David, de 18. Que acaba de empezar sus andanzas en el mundo universitario. Grandes mentes ambas. Atraídas por el mundo de los negocios y la economía.
Sentados ya, empezamos a conversar. De dónde vienen. Qué hacen en la universidad Carlos III. Por qué están en España y no en su país. La guerra de Ucrania es la respuesta a prácticamente todas sus preguntas. Huyen de la "Operación especial", como la llaman algunos. Tratan de aprovechar estos momentos para continuar formándose y tener un buen futuro.
Sasha conoce gente española con la que puede quedar y pasar un rato. Pero amigos cercanos y de confianza, no. No tiene. Tampoco tiene familiares en España.
Sasha me cuenta que viene de la Kiev National Economic University. Que terminó ADE y ahora completa un postgrado en la UC3M. Comparte conmigo que está tratando de aprender español. Admite que le está costando conectar con gente española, tal vez por el idioma. Es difícil, aunque habla un buen inglés. Conoce gente española con la que puede quedar y pasar un rato. Pero amigos cercanos y de confianza, no. No tiene. Tampoco tiene familiares en España. Luego, me dice que unos estudios tan exigentes como lo son los de la UC3M no le permiten salir y conocer gente. No hay mucho tiempo para ello.
En Ucrania están sus amigos y familia. Su madre es médico militar. Ella está desplegada en un punto caliente. David se voltea hacia nosotros. Él tiene a su abuela en Ucrania, en una ciudad cerca de la frontera con Rusia: Konotop. Vive allí, ella sola.
David, pese a sus 18 años de edad, tiene las ideas muy claras. Acaba de terminar el instituto en Kiev, habla un inglés brillante, y un buen español. Igual que Sasha, un conocido de su familia se enteró de que existía la posibilidad de poder salir de Ucrania y estudiar. La Carlos III los acogió.
Son personas normales, con sueños y planes de vida. Aunque condicionados por la guerra. [...] Son personas normales con historias extraordinarias.
Verbaliza muy bien su pensamiento. Me describe que, al principio, al llegar en agosto del año pasado, le costaron ciertas cosas. Se sentía algo perdido en la universidad, no sabía dónde estaba la biblioteca. Como nos pasa a todos. Que había algunas cosas que mejorar de la Carlos III a su juicio, como en todos lados. Pero ahora, se sentía muy a gusto. Había encontrado una panda de amigos y una novia, que le ayudaba a practicar el español.
Son personas normales, con sueños y planes de vida. Aunque condicionados por la guerra. David, por ejemplo, quiere terminar el curso con buenas notas y luego desea encontrar unas prácticas para verano de 2023 que estén relacionadas con lo suyo. En Navidad irá a Valencia con unos parientes que viven allí para no estar solo en esas fechas. Por el otro lado, Sasha simplemente se conforma con que la UC3M le mantenga la beca para poder continuar haciendo un máster.
Son personas normales con historias extraordinarias. Están haciendo grandes esfuerzos por estar en la universidad y tener un buen futuro, aprovechando la oportunidad que la UC3M les brinda. Porque el presente en su país no se lo permite; la realidad de allí se explica con pólvora, sangre y artillería en lugar de con libros y manuales. Esto último es lo que quieren Sasha y David para sus vidas y por ello, están enormemente agradecidos.