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  • Javier Somoza

La respuesta europea a la crisis: diálogo con Eva María Poptcheva

El pasado jueves 24 de noviembre, de la mano de la Asociación para las Naciones Unidas y el Derecho Internacional (ANUDI), los estudiantes de la Universidad Carlos III de Madrid tuvieron la oportunidad de participar en el encuentro-coloquio con la eurodiputada Eva María Poptcheva, actual Vicepresidenta de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo.

Javier Somoza

Madrid 29/11/2022

 

Nacida en Bulgaria, Poptcheva es licenciada en Derecho por la Universidad Albert Ludwig de Friburgo y doctora en Derecho Constitucional por la Universidad Autónoma de Barcelona, donde ejerció como profesora. Antes de incorporarse al grupo parlamentario Renew Europe en 2022 trabajó como funcionaria en la Eurocámara, enfocada en materias financieras y jurídicas; recientemente, ha formado parte del secretariado interinstitucional de la Conferencia sobre el Futuro de Europa (CoFoE) -donde los proyectos de autonomía estratégica resonaron con fuerza-. En sus palabras, disfruta en mayor medida visitar las universidades y dialogar con estudiantes que tomar parte del ‘barro de la política’.


La Eurozona se ha visto afectada por las necesarias respuestas económicas hacia la invasión rusa de Ucrania y las consecuencias derivadas de ella: el Banco Central Europeo (BCE) tiene un importante papel monetario de cara a afrontar la inflación generalizada y los riesgos de recesión económica, por lo que ya ha aplicado varias alzas de los tipos de interés. Poptcheva expuso las complicaciones existentes en el interior de las instituciones europeas debido a la asimetría política y económica que aún existe entre los Estados de la Unión Europea, afectados de forma dispar por la dependencia energética externa, la ralentización de la producción global y las propias disputas internas. Una política monetaria muy agresiva puede agravar la incertidumbre actual y alargar las tendencias inflacionistas, por lo que las acciones del BCE deben llevar aparejadas respuestas fiscales por parte de cada Gobierno nacional -unidas a la cooperación dentro de la UE, que cuenta con mayores márgenes de actuación-. La reacción a la crisis sanitaria provocada por la COVID-19 puede ser útil para mantener líneas de diálogo regional y aprender de los errores cometidos, señaló la ponente.

Preguntada acerca de la ‘excepción ibérica’, el tope sobre el precio mayorista del gas implantado por los gobiernos de España y Portugal, y su contribución a una inflación reducida en la Península, Poptcheva señaló que la medida ha acarreado un aumento del consumo energético en estos países, lo que contribuye a la subida de su valor en otros países dada la interdependencia a la que estamos sometidos. Los Ejecutivos comunitarios debaten ahora sobre su introducción conjunta o la posibilidad de recurrir a otras alternativas, las cuales podrían tener consecuencias más beneficiosas a largo plazo al reducir la dependencia comercial mantenida con naciones como Rusia y no tensionar las relaciones mercantiles: la eurodiputada reivindicó el plan de subsidios a los hogares introducido por Alemania para facilitar el pago de las encarecidas facturas. Los fondos de recuperación Next Generation EU se encuentran también abiertos a modificaciones que beneficien la diversificación productiva y la creación de infraestructuras energéticas, aunque necesariamente deben ir ligados a las reformas socioeconómicas pactadas con la Comisión Europea.


Critica, en ciertos aspectos, la falta de honestidad de la gobernanza europea respecto a las posibilidades políticas reales (por ejemplo, en lo referente a la lucha contra el cambio climático), así como el ‘buenismo de la izquierda’ en cuanto a la defensa de la diplomacia como arma total, puesto que su uso adecuado requiere contar con ejércitos fuertes y hard power. En esta línea, Poptcheva destacó la relevancia actual de la llamada autonomía estratégica de la UE, tanto en lo que respecta a la buscada formación de unas Fuerzas Armadas comunes -que ayudarían a reducir la duplicidad de funciones, mostrar fortaleza global y capacidad de cooperación- como en otros asuntos clave: entre ellos, la apuesta comunitaria por la producción de semiconductores (microchips) asumiendo el conflicto comercial EEUU - China o la salida del Tratado de la Carta de Energía anunciada por, entre otros, España, Francia y Países Bajos. El Parlamento Europeo ya solicitó esta acción, que permitirá facilitar el desarrollo de energías ‘verdes’ y renovables y la descarbonización del sector energético, en busca de un marco jurídico común más eficaz.


¿Qué futuro próximo prevé para la Unión Europea? El Brexit, como era esperable, ha supuesto una advertencia hacia aquellos líderes y partidos euroescépticos vistas sus consecuencias político-económicas, pero la expansión de la UE hacia los Balcanes occidentales aún deberá esperar. Es necesario afinar los criterios de entrada y aumentar los poderes y balances de control interno antes de embarcarse en nuevos procesos de integración y coordinación territorial (teniendo en cuenta, además, los actuales ‘roces’ con Estados miembros como Hungría y Polonia). En conclusión, la ponente concretó el necesario refuerzo de la soberanía compartida en tres ámbitos: fiscalidad, defensa común y programas de seguridad social, apuntando a la creciente conciencia común entre gobiernos europeos, si bien las rígidas mayorías requeridas para la adopción de normas y los vetos particulares en el seno del Consejo de la Unión Europea impiden este anhelado funcionamiento dinámico.

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