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  • Luis Javaloyes Garachana

La sombra geopolítica de las redes sociales en 2022

Luis Javaloyes Garachana

Madrid, 23/11/2022

 

La conexión digital se presenta como la telaraña que interconecta a todas las sociedades sobre el globo. Desde la aparición de Internet, posibilidades que solo se encontraban en mitos y postulaciones filosóficas se hicieron realidad, entre ellas, la comunicación instantánea con personas y el acceso inmediato a la información a través de las redes sociales. Y ya cuatro generaciones han disfrutado de ello.


Ahora bien, ¿se es consciente del alcance de estas nuevas tecnologías? ¿Qué reflejan de nosotros y cómo somos afectados por estas? Desde luego, todavía queda mucho por ver de esta Revolución Informática abierta por el Internet, pero esta ya rodea y comienza a permear en todas las actividades humanas, desde el ocio hasta las más complejas operaciones económicas, la actividad gubernamental y de los diferentes lobbies.


Y urge que la sociedad se conciencie de las consecuencias sociopolíticas que estas van a causar, pues los ámbitos empresariales y políticos ya llevan una década capitalizando e instrumentalizando las redes sociales para sus intereses


1. Uso actual de las redes sociales


En enero de este año había 4.620 millones de usuarios de redes sociales en todo el mundo, habiendo presentado un crecimiento del 10%, con 424 millones de nuevos usuarios desde el año pasado. El número de usuarios de las redes sociales entonces equivalía a más del 58% de la población total del mundo, como presenta el estudio realizado por We are social [1]. En dos meses, subió al 64%.



Los principales servicios que ofrecen las redes sociales son la conexión digital con otras personas, el entretenimiento y la oferta de información de lo que va ocurriendo a lo largo del mundo. A través de algoritmos cada vez más sofisticados por las redes neuronales, comenzando a aparecer ya nuevas IA en este campo, se consiguen crear perfiles, clasificados por comportamiento y gustos, a partir de nuestras interacciones y actividad en la red, para ofrecernos el contenido que más nos puede interesar.


Las redes sociales, cuantos más usuarios tengan, más atractivas son para potenciales consumidores (economía de escala en la red), por lo cual estas han tendido a configurarse en gigantescos monopolios, desapareciendo las que dan el mismo servicio que las que consiguen un gran tamaño. Si existen distintas opciones es por tres motivos:


  • Ofrecen distintas experiencias: a través de Instagram se transmiten fotos mayoritariamente, YouTube vídeos de media-larga duración, TikTok vídeo de corta duración, WhatsApp mensajes, etc.


  • Presencias de distintas poblaciones, especialmente diferenciadas por edad e idioma, teniendo el inglés como lengua franca.




  • Cuestiones geopolíticas y de seguridad nacional, que son las que analizaremos en este trabajo.



En Estados Unidos, origen de las redes sociales, se encuentra el gran gigante: Meta, que es propietaria de las tres mayores redes sociales, WhatsApp, Facebook e Instagram. La República Popular de China, ejerciendo un mayor control sobre el internet en su territorio, se separa de estas redes presentando WeChat, el equivalente a WhatsApp y Douyin/TikTok, que son la misma red social, solo que tiene un nombre distinto dentro que fuera de China. Es importante que nos quedemos con el país de origen de estas redes, será relevante para el posterior análisis.


2. Redes sociales y agendas nacionales


"The world's most valuable resource is no longer oil, but data” [2]

Titulaba el periódico The Economist. El artículo, si bien el recurso más valioso del siglo pasado fue el petróleo, ahora la mirada la dirigimos hacia las titánicas firmas de datos: Alphabet (empresa propietaria de Google), Apple, Facebook y Microsoft, a la que se ha unido con fuerza Huawei, cuyos ingresos netos en 2020 fueron de 672.190 millones de dólares [3]. Y no es para menos.


Gracias a la tecnología Big Data y de las redes neuronales, que formadas a través del deep learning consiguen un conocimiento analítico de las realidades sociales inaccesible para generaciones pasadas.


Pero lo que concierne más a este artículo es el poder político que estos pueden dar. China, en previsión de interferencias con la agenda ideológica del partido, tiene prohibidas las grandes redes sociales estadounidenses (YouTube, Facebook, Instagram, Snapchat...).


Las redes sociales pueden ser unas muy buenas herramientas para las agendas nacionales debido a dos posibilitaciones:


a) La recopilación a gran escala de información de los usuarios de las plataformas.


b) Fomentar o ejercer una censura invisible sobre el contenido creado por los usuarios.



Analicemos cómo se han ejecutado estas posibilidades:



A. Recopilación de datos


Hace unos meses, la siguiente noticia recorrió por todos los periódicos: "el Gobierno chino podía acceder a la información recopilada por la red social TikTok". Esto concluía un estudio realizado por la empresa de seguridad Internet 2.0. Consistió en analizar la recogida de datos por parte de la red social china y su posterior tratamiento. Tras el estudio, acabaron declarando que la red social compartía los datos de sus usuarios, tales como la ubicación GPS, el calendario o las otras app ejecutándose en el dispositivo, con el Gobierno chino. El portavoz de la empresa se comunicó con el periódico The Guardian para negar esa conexión con la República Popular de China.


“El tráfico de la red no sale de esa región (Singapur). Es categóricamente falso insinuar que hay comunicación con China", ha dicho un portavoz de la empresa a The Guardian, donde enfatizaba que eran "afirmaciones sin fundamento" y fruto del "desconocimiento de cómo funcionan las aplicaciones móviles".


Ante esto, la empresa investigadora respondió que pusieron toda su investigación "a disposición de TikTok para que comentara y verificara", pero que desde la red social "se negaron a responder sobre su infraestructura basada en China". "Teníamos varias direcciones IP conectándose a un subdominio en China", cuenta el especialista [4].


El centro del problema deriva de la Ley de Seguridad Nacional China, que obliga a las empresas a compartir datos con las autoridades si estas lo requieren.


Sea verdad o propaganda occidental, esta red intentó ser prohibida por el presidente estadounidense en ese momento, Donald Trump, mas el Departamento de Comercio suspendió la prohibición en acatamiento a una orden judicial emitida el 30 de octubre [5]. Igualmente, junto a otras 59 aplicaciones, incluyendo otra red social china, WeChat, ha sido prohibido en la India [6], el segundo país más poblado del mundo, por cuestión de seguridad nacional.


B. Fomento y censura


“Powered by smarter data modeling”

“At Cambridge Analytica we use data modeling and psychographic profiling to grow audiences, identify key influencers, and connect with people in ways that move them to action. Our unique data sets and unparalleled modeling techniques help organizations across America build better relationships with their target audience across all media platforms.”



“5,000 data points per person” [7]


Así se presenta la empresa Cambridge Analytica en su página web. Fue contratada para las campañas electorales del Brexit (a favor) y en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016, en las que acabó ganando Donald Trump, ambas elecciones ganadas por muy estrecho margen.


"¿Podremos volver a celebrar en algún momento elecciones libres y justas?"; la periodista de The Guardian Carole Cadwalladr planteó esta cuestión durante la ponencia que ofreció en el Congreso TED 2019, celebrado en Vancouver. A finales de 2016, inició una investigación que consiguió destapar el escándalo de Cambridge Analytica. Su reportaje, publicado también en The New York Times, fue finalista al Premio Pulitzer 2019 [8]. También Netflix realizó un documental, disponible en su plataforma.


Este ha sido el ejemplo paradigmático de la manipulación de grandes organismos sobre población civil. Aunque también se han utilizado para sortear los medios convencionales de comunicación, como el periódico o la televisión, en muchos países meros medios de propaganda de los distintos poderes establecidos. Todavía queda mucho su efecto, positivo o negativo en la heterogeneidad ideológica y el pensamiento crítico, pero por ahora las naciones, especialmente las democráticas, deben empezar a tomar medidas de regulación frente a la ingeniería social que pueden realizar estas empresas.


3. Naciones sin redes sociales propias



Los grandes países que tienen en su territorio empresas de red les es beneficioso el que estas se extiendan a otros países e intentarán limitar la expansión de las rivales en su territorio y en los demás mercados.


Estados Unidos ha presentado las condiciones óptimas, tanto políticas, económicas como lingüísticas para el desarrollo de redes sociales. La Unión Europea es una gran potencia económica, mas no ha sido sede de ninguna de estas empresas, en parte por la gran diversidad de lenguas, que dificulta la extensión de un contenido creado por usuarios. Tampoco India, aunque se puede esperar que acabe surgiendo debido al talento tecnológico que tiene en su población y su gran número de habitantes. Pero mientras sigue teniendo las redes americanas. Rusia, curiosamente, con su gran tradición en matemáticas y su desarrollo en la guerra informática, tampoco tiene ninguna, a pesar de que han podido ejercer cierto control sobre su Internet (hasta septiembre de 2022 con la Guerra de Ucrania).


Les queda entonces ver hasta dónde pueden las redes extranjeras manipular datos regionales. Henry A. Kissinger [9], un politólogo de reconocimiento mundial que fue secretario de Estado de Estados Unidos, pone varias medidas que este tipo de países puede poner para poder mantener su soberanía y la protección de sus ciudadanos:



i) Limitar su confianza en redes que pudieran ser herramienta de gobiernos extranjeros rivales.


ii) Mantenerse vulnerable y confiar en las potencias que proveen los servicios.


iii) Fomentar la formación de redes nacionales (aunque esto solo es posible para estados con muchos recursos a su disposición.



Si bien la “influencia política blanda”, entendida como la influencia de las ideologías presentes en ambos países por mera expresión es evidente, la desinformación motivada por países extranjeros a través de las RRSS se ve que no es solo una capacidad de los paises que las tienen, como muestra el siguiente mapa elaborado por el Instituto Varieties of Democracy (V-Dem) de la Universidad de Gotemburgo, colaboradora del Digital Society Proyect [10], siendo “0” la peor calificación de seguridad y “4” la mejor. Rusia ha mostrado una particular capacidad en esta práctica, especialmente en los países anteriormente pertenecientes a la Unión Soviética.


En este artículo se han visto las posibilidades que se abren frente a los poderes políticos gracias a las redes sociales. Pero, ¿siempre siempre irán a favor de sus intereses? ¿En qué lugar deja esto a la soberanía nacional de los países sin estas herramientas? ¿Qué medidas concretas pueden tomar los países?


Mucho queda por analizar de esta cuestión.



 

Notas al pie


[1] Hall, Sandra (26 enero 2022). "Digital report 2022: el informe sobre las tendencias digitales, redes sociales y mobile". We are social. Recuperado desde: Enlace.

[2] (06 junio 2017). "The world's most valuable source is no longer oil, but data". The Economist.

[3] Statista (consultar individuales “Ingresos netos año 2020”).


[4] Escribano, Mario (31 julio 2022). "¿Dónde están tus datos?". El Confidencial. Recuperado desde: Enlace.

[5] (13 noviembre 2020). "EEUU suspende la prohibición de TikTok tras una sentencia judicial". El Mundo.

[6] (1 julio 2020). "India prohíbe TikTok y sus creadores animan a los usuarios a pasarse a Instagram". La Vanguardia.

[7] Véase enlace.

[8] (Agosto 2019). "¿Qué esconde Facebook sobre el Brexit?". Esic.edu.

[9] Henry A. Kissinger sirvió como el 56º Secretario de Estado de Estados Unidos entre septiembre de 1973 y enero de 1977. También sirvió como Asistente del Presidente en Asuntos de Seguridad Nacional de enero de 1969 a noviembre de 1975. Recibió el Premio Nobel de la Paz en 1977, y la Medalla de la Libertad en 1986. Actualmente dirige la consultora internacional de Kissinger Associates.



 



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